Hoy en día los chavales, cuando llega la navidad, piden para reyes una vídeo consola de última generación. De las cuales usan Blu-Ray en alta definición. Nosotros, pedíamos a los reyes unos buenos Masters del Universo, para poder partir las crisma de unos contra otros. Además nuestras consolas usaban cartuchos de juegos, y nada de HD, pero flipábamos. Eso sí, nos costaba conseguirla, eran muy caras.
Mi ídolo infantil |
Los ordenadores de ahora, con internet, con juegos maravillosos, con toda clase de aparatitos. Los nuestros llevaban un teclado y un monitor, usaban MS-DOS y para poder jugar a un juego tenias que insertar una cinta de casette y esperar alrededor de dos horas a que el juego cargara. Una vez que terminabas lo quitabas y a esperar otras dos horas el próximo día y así sucesivamente, pero en ese rato aprovechábamos para merendar el bocata de nocilla.
En la calle jugábamos al fútbol. No pasaban muchos coches, así que jugábamos en la carretera. Jamás le dábamos un pelotazo a nadie porque respetábamos a la gente cuando pasaba y los dos equipos paraban el partido, era ley no escrita. Hoy en día jugar en la calle es imposible, los coches se cuentas por millones en unos minutos.
Había modas, si habéis leído bien, modas. Pero no modas de ropa, la moda de los juegos, la temporada de las canicas, la temporada del trompo, la temporada del béisbol con un palo y un pelota de tenis. ¿temporadas ahora? Sí, las de Walking Dead.
El que rompía pagaba |
Estábamos acostumbrados a ir corriendo y pegarnos una hostia contra el asfalto, te levantabas rabiando de dolor, las rodillas deshollejadas y la palma de las manos en carne viva, pero...¡Que demonios! seguías corriendo, que había que aprovechar el tiempo de juego. Luego tu padre te lo curaba con agua oxigenada y hasta la próxima caída. Hoy en día un niño se cae y ya está llorando. ¡Blandengues de mierda!
Y si nos portábamos mal, un par de azotes siempre nos espabilaban. Y mira que listos y educados somos ahora. Pero ahora si le das un azote a algún niño para que no vuelva a hacer algo, vas a la cárcel. Que pena de verdad.
Nos saltábamos las vallas de los colegios para echar un buen partidito de fútbol o de baloncesto. Daba igual ganar o perder, lo importante era jugarlo. Quedábamos con otros barrios para retarnos.
Pelotazos a diestro y siniestro jugando al "Cacerolo" |
Por las tardes no perdonábamos la merienda. A la hora de siempre, sobre las 17.00. Comenzaban los Caballeros del Zodiaco y había que ver que pasaba. No te lo podías perder. Incluso los grabábamos con nuestro VHS para ver una y otra vez los capítulos. Los domingos por la mañana íbamos a misa, y después a los recreativos con las 100 pesetas (60 céntimos de Euros para los de la LOGSE) que nos daban nuestros padre. Había para cuatro partidas en las maquinas. O tres y unas chuches.
No existían los móviles, así que para ver si tu amigo se bajaba a la calle llamabas a su portero electrónico y le preguntabas a su madre "¿Se puede bajar Fulanito?" y ella ya te respondía lo que fuera necesario. No quedábamos a una hora. Todo el mundo sabia que por las mañanas la gente bajaba a las 12 y por las tardes a las 17:30 en invierno y a las 19 en verano.
Si uno se compraba una lata de refresco, todos bebíamos de ella, no nos cortábamos los labios y no nos pegábamos enfermedades ni milongas. Todo lo compartíamos, unas patas fritas, unas chuches, lo que fuese necesario.
Si alguien estaba jugando y tu llegabas y querías jugar preguntabas al dueño del balón si te dejaba. Si la respuesta era afirmativa, nadie de los allí presentes ponía pega. Solo jugabas y punto. En caso de ser negativa la aceptabas y buscabas algún otro juego.
¡Que grandes eramos!
Cachondo! Ni msdos ni pollas! Con las casetes como mucho tenias un spectrum o un amstrad y el sistema operativo estaba escrito mágicamente por arcanos duendes sobre tablillas de orgonita con pinceles de pelo de unicornio y sangre de doncellas vírgenes.
ResponderEliminarPerdon!! Nadie es perfecto.
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